Frase de la semana

Las 2 personas más ricas del mundo poseen una fortuna superior al PIB combinado de los 45 países más pobres. 
(N.G.)

dimarts, 1 de juliol del 2008

La basura se sale!



Hace unos días leíamos en la prensa que 15 de los mayores vertederos de residuos urbanos de España están trabajando por encima de su capacidad. Esto hace que algunos de ellos sean ilegales, pero ninguna administración los quiere cerrar, ya que no habría salida para toda esa basura. La principal causa es que no estamos haciendo los deberes.

En España de media se generan 1’5 kilos de residuos por habitante al día, es mucha basura, que si no se gestiona bien puede generar muchos problemas, y de la cual se puede aprovechar muchos materiales. La legislación vigente, tanto europea como española, deja bien claro que el vertedero es la última alternativa de tratamiento de residuos a aplicar, antes se debe recuperar todos aquellos materiales reciclables y el resto incinerar o llevar a vertedero. Pero la realidad es otra, en muchos municipios la única vía de gestión es el vertedero, y en otros donde se ha implantado la recogida selectiva, al no funcionar, la mayor parte de los residuos acaba en vertederos. En definitiva, que solo se recupera un 10 % de la basura que generamos.

El problema de los residuos es más complejo de lo que parece, y hay abordarlo des dos puntos de vista diferentes:

Generación.

Como hemos comentado cada ciudadano genera 1’5 kilos de basura al día.  La mayor parte plásticos, fundamentalmente envases. Vivimos en una sociedad acomodad en el “usar y tirar”. Así que mucho de los residuos que generamos se podrían evitar.  Ir a compara con un canasto o bolsa de pan, comprar a granel, comprar retornable, reutilizar los envases, etc… son pequeñas cosas que se podrían hacer para minimizar los residuos, porque el mejor residuo es aquel que no se genera.

Gestión.

Como hemos visto en España lo del reciclaje no acaba de consolidarse. Por un lado, porque en algunas zonas los vertederos son muy baratos, por lo tanto a los ayuntamientos les sale más a cuenta llevar sus residuos a vertedero. Los vertederos son instalaciones fáciles de gestionar y son un buen negocio. Esto se podría solucionando penalizando el uso de vertederos y obligando a todos los municipios a cumplir unos determinados objetivos de reciclaje. En aquellas zonas donde si esta implantado un sistema de recogida selectiva, con plantas de tratamiento y reciclaje, la mayor parte de los residuos sigue acabando en vertederos. Nuestro sistema de reciclaje se basa en la colaboración de la ciudadanía: los ayuntamientos nos llenan las calles de contenedores a las espera que nosotros hagamos la selección correcta. Para que las plantas de tratamiento y reciclaje funcionen, la basura debe llegarles bien seleccionada en origen, sobre todo la materia orgánica. Por lo tanto si el sistema falla, los responsables somos nosotros mismos. Y no vale escudarse en débiles argumentos como: “que contraten gente para separarla” o “total luego llega el camión y lo mezcla todo” (esta última una falsa leyenda, ya que si alguna vez se ha producido es por que no reciclamos correctamente).  A modo de ejemplo: España importa vidrio (contenedor verde) de otros países, para que la industria nacional de reciclaje de vidrio puede funcionar, ya que no se fía y no tiene suficiente con el que se recoge aquí. Y igual sucede con el papel. La solución al problema de gestión es admitir que la gente no quiere colaborar y buscar otros sistemas de recogida. Como por ejemplo sistemas vecinales, cada finca o edificio tiene sus contenedores, esto permite un mayor control de la recogida selectiva y se pueden imponer penalizaciones a aquellas fincas que no lo hagan bien, y bonificar a los que lo hagan correctamente. O la recogida puerta a puerta. Pero estos sistemas de gestión son muy caros y inviables en grandes ciudades.

En definitiva la solución al problema de los residuos la tenemos nosotros mismos: reducir, reciclar y reutilizar. Si todos lo hiciéramos a la administración le saldría más rentable cerrar los vertederos y se impulsaría la industria del reciclaje, muy potente en algunos países europeos